Método

De traductores y agencias existen millones. Pero ¿por qué un cliente tendría que buscar a otro traductor si el trabajo que le he entregado es de calidad, responde a sus necesidades y se ofrece a tarifas competitivas? Éste es el presupuesto en el que me baso cada vez que hago un trabajo.

Aquí abajo he detallado lo que significa y lo que conlleva, según mi opinión, hacer un buen trabajo:

  • Escuchar atentamente al cliente para entender sus deseos y encontrar las soluciones más adecuadas.
  • Explicar al cliente los que son y en qué consisten los servicios que ofrezco, para que sus expectativas coincidan con mis capacidades y nada se deje al azar.
  • Trabajar con precisión para que el mensaje del texto original sea trasladado fielmente en su traducción.
  • Cumplir los requisitos (glosarios, guías de estilo, etc.)  y los plazos de entrega del proyecto.
  • Revisar minuciosamente el texto traducido para asegurarme de que no existan errores de ningún tipo y que el texto final sea homogéneo y coherente.
  • Aceptar solo aquellos encargos para los que esté capacitada, es decir trabajos que traten de una temática conocida y con una terminología que sepa manejar. Todos los temas desconocidos serán objeto de investigación y, en caso de que queden absolutamente fuera de mis competencias técnicas, aconsejaré otro traductor profesional que pueda encargarse de ellos.
  • Mantener confidencialidad absoluta sobre los contenidos del proyecto y los datos del cliente.